Por Gisela Colombo

Mi querida niña es una miniserie alemana que ha sido estrenada en Netflix los primeros días de septiembre. Se trata de una historia inspirada en un libro muy difundido llamado “Liebes kind” de Romy Hausmann. De hecho, la novela fue una de las alemanas más vendidas en el ámbito internacional.

Los directores de la puesta en escena son Isabel Kleefeld y Julian Pörsken. Kleefeld participa también en la construcción del guión.

Respecto a los actores, pueden no sonar familiares para nuestro público, pero merecen ser nombrados por su desempeño. Componen el elenco: Semmy Sehrein, Justus von Dohnany, Julia Jenkins, entre otros.

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La trama parte de una vida familiar (madre y sus dos hijos) sometidos a un enfermizo encierro al que los obliga, no sin violencia, el hombre de la casa. Los primeros minutos los utiliza el relato para mostrarnos ese estilo de vida opresivo en el que viven una niña (Hannah), un niño y su madre (Lena). Pero entonces, vemos salir desesperadamente a la madre, como en una huida abrupta que ha aguardado sin descanso. La mujer es seguida de cerca por su hija y ambas se internan en una especie de bosque en plena noche. Jonathan, un niño más pequeño, en cambio, queda en la casa, aterrado.

En la carrera, Lena es atropellada por un conductor y eso enciende las alertas de Justicia y Salud. Mientras el Hospital intenta combatir los daños del accidente en el cuerpo de la madre, la niña traba charla con una enfermera a la que irá revelándole detalles cada vez más alarmantes de su vida cotidiana.

Si así comienza, el proceso de dilucidación de la verdad recorrerá, entregando paulatinamente datos iluminadores, todos los episodios posteriores.

A cargo de la investigación policial estará una mujer, pero también intervendrá un detective que trece años antes llevó el caso de una joven llamada Lena que fue secuestrada y jamás volvió a aparecer. Los padres de esta víctima de secuestro son advertidos por el detective pero cuando acuden al centro de salud comprueban que no se trata de su hija. Casi simultáneamente descubren que Hannah, es idéntica a la Lena original. El misterio que parece exponerse a la verdad en realidad sigue abriendo puertas al misterio. Quizá esto es lo que haga apasionante el relato.

La serie consta de seis capítulos de duración regular y se constituye en una especie de rompecabezas que invita al espectador a hacer sus propias elucubraciones. La tensión y el suspenso no ceden ni un segundo y hacen de la tira un producto adictivo. Los especialistas y el público coinciden en la calidad y originalidad de esta ficción que sin dudas vale la pena mirar.