Por Gisela Colombo

Mildred Pierce” es una serie de cinco capítulos, que fue estrenada en 2011, y dirigida por Todd Haynes.

Se trata de la reedición de una antigua película que, en su momento fue protagonizada por la célebre “Joan Crawford”. El film y la tira recrean una ficción literaria de James McCain. Y la película data de 1945.

El tema es la vida de una mujer que, en el entorno de la Gran Depresión, es engañada por su esposo, a quien expulsa de la casa. Así es como queda sola con sus dos hijas mujeres: Vida y Ray.

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Como ama de casa de aquellos años en los que se ambienta el relato, sabe hacer todas las tareas de esposa y madre, pero carece de historia laboral para insertarse en el mercado. No obstante, las necesidades económicas la obligan a conformarse con un empleo de moza, que está muy por debajo de lo que ella juzga su estatus social. El uniforme es, junto con la recepción de propinas, lo que más humilla a Mildred. Por ello, esconde a sus hijas que se desempeña como mesera en un restorán, donde permanecerá hasta que logre aprender todo el funcionamiento y se aventure a abrir su propio negocio.

En el ínterin una inesperada falta de pasteles en el restorán lleva a Mildred a cocinarlos ella, con su gran pericia, y eso le granjea la posibilidad de incrementar los ingresos. El ahorro y unos meses más de labor le darán pronto la oportunidad de abrir su propio sitio de comidas.

En el último día de trabajo en el restorán, Mildred conoce a un hombre nacido en una familia noble de origen español, que tapia muy bien la condición crítica de sus finanzas. Se trata de Monty Beragon, con quien emprenderá, contra su hábito, un viaje hacia Pasadena. En esa travesía se enamora de él. Como si esa alegría mereciera compensación, lo que la esperará en casa es dramático.

Cuando Mildred regresa a casa, su hija menor, Ray, está internada. Después de apenas unas horas, la niña morirá como consecuencia de una neumonía fulminante.

La otra hija, Veda, es quien cuestiona a Mildred y la culpa por la muerte de su hermana. Si hasta entonces su vínculo es problemático, porque la joven desde la insensibilidad y el materialismo imberbe y extremo se avergüenza del oficio de su madre y de los límites de su poder adquisitivo, la tensión se multiplica por la entrada de Monty a la vida familiar. Cierta complicidad entre su hija y Beragon genera el fastidio de Mildred, habida cuenta de que la niña admira al famoso bon vivant, como lo hace toda su generación y él alienta eso, revelándole cuestiones adultas que su madre juzga no convenientes para una niña.

Por añadidura, Monty confiesa no tener dinero por la quiebra de su firma, y a partir de entonces Mildred pasará a ser su proveedora. El mismo Monty se autocalifica de “gigoló”.

Las desavenencias con Veda atraviesan toda la ficción y serán el desencadenante de la tira, haciendo de ella algo creíble, dramático, pero profundamente humano.

El elenco es encabezado por Kate Winslet (Mildred Pierce), mientras Guy Pearce (Monty Beragon), Evan Rachel Wood (Veda Pierce) completan un elenco satisfactorio, entre otros tantos intérpretes. Las actuaciones resultan creíbles. La dirección es correcta y como suele ocurrir con las obras inspiradas en una creación literaria el relato tiene una sustancia que no siempre se logra en el cine o la televisión.

En suma, aunque no sea una novedad, la tira vale la pena, al menos para dejarse conmover por los desafíos de una mujer resiliente, que acaba convirtiéndose en ejemplar, a pesar de que sus intenciones no contemplan más que la supervivencia femenina en un mundo hecho para hombres.