Josefina Bravo presenta "Quién", un libro de prosas poéticas que nace de la reflexión sobre los vínculos, el feminismo y las formas en que nos relacionamos.
En esta entrevista, nos cuenta cómo fue su proceso creativo, por qué eligió escribir en soledad y qué espera que despierte en el lector esta obra que cuestiona las verdades únicas y abre espacio para la empatía, la duda y el encuentro.
La presentación se llevará a cabo el próximo 9 de agosto, a las 18.30 hs. en la Asociación Pampeana de Escritores (Víctor Lordi N°73 - Sta. Rosa).
El evento será acompañado por la poeta Maité Lluch, la participación de Las Corporales con una intervención performática y el coro de Utelpa.
La consigna es llevar puesto algo rojo (bordó y colores afines están bien también).
- ¿Cómo nace este libro y qué representa en tu camino como escritora?
Como toda creación este libro es una respuesta a otra cosa: a las lecturas que hice hasta el momento de escribirlo y a lo experimentado en los vínculos. Creo que el feminismo pone en discusión temas que impactan en cómo nos relacionamos con otres en diversos contextos. Eso deviene en una necesidad de modificar ciertas dinámicas de conducta para dejar de repetir el paradigma patriarcal que tanto daño le ha hecho al tejido social. En ese sentido, como sociedad atravesamos un proceso de aprendizaje –lleno de resistencias y tensiones- de camino hacia formas de vincularnos más sanas y más justas. La pandemia intensificó todo ese proceso y después resurgieron con mucha fuerza los discursos de odio e intolerancia a lo distinto desde los lugares de poder y gobernabilidad, lo que provocó una escalada de violencia y un gran deterioro vincular.
Este libro nació pensando en estas cosas un verano en el que me sentaba casi todos los días un rato a leer y a escribir. Lo escribí en un mes y medio más o menos y estuve dos años haciendo todo el trabajo de corrección. Es un libro en el que incursioné en otra forma de escritura, la prosa poética, que está entre la poesía y la narrativa. Los libros anteriores son de poesía y mientras los escribía siempre hacía taller de escritura, tenía un acompañamiento, el aval de otra persona. En este caso el trabajo con la palabra fue en soledad, aunque acompañada de mis lecturas, de todo lo aprendido y también de amistades que a veces leían algo y me ayudaban a seguir pensando el libro.
- ¿Cuál es tu proceso creativo al escribir poesía? ¿Surge de forma espontánea o hay un trabajo más deliberado detrás?
En general siempre leo, aprendo, me informo sobre algo que resuena en mí de alguna manera. O sea, hay una emoción y un pensamiento alrededor de esa emoción que se va alimentando de otras cosas que busco o que llegan, como algo que alguien dice o hace. Y de repente encuentro una palabra, una imagen, un sonido, algo que de alguna manera se presenta como una síntesis de todo eso que siento y pienso. Ahí surge el germen del texto. También escribo una especie de diario en el que tomo notas de mis lecturas y emociones, y en el que maduran las ideas previas a ese texto que, una vez escrito, pasa al proceso de corrección. Esta edición de “Quién” incluye fragmentos que seleccioné de esos borradores. Quedó precioso el libro, se nota el trabajo minucioso de José Humberto Álvarez que es el editor.
-¿Hay un hilo conductor en el libro, o más bien es un conjunto de voces y momentos dispares?
Sí, hay un hilo conductor. Es un libro de prosas poéticas breves donde cada texto es una multiplicación de otro, todos conversan entre sí, aparecen distintas miradas sobre las mismas cosas o situaciones y hay una disputa constante de la verdad. Ciertos personajitos muestran sus costados, sus versiones. Y hay una voz narradora que los presenta y los cuestiona hasta que ella misma se ve interpelada por lo mismo que interpela a les otres.
- ¿Qué te gustaría que quedara en el lector después de cerrar Quién?
Me gustaría que le quede dando vueltas la idea de que el otre no es tan distinto a une y que no hay una sola forma de ver o evaluar una situación. Que se habilite la posibilidad de pensar las cosas y a las personas desde distintos lugares. Y que eso flexibilice la mirada sobre el otre y la vuelva más amorosa. Y también sobre une misme. Que colabore en que nos tratemos más amablemente. Tiro mi deseo al universo.
Josefina Bravo es escritora, tallerista y gestora cultural. Publicó los poemarios «Escalofriante de mí» (2014) y «Ojos mutantes» (2020). Junto al grupo de teatro Alta Rusticidad escribió y llevó a escena las obras «Alta Rusticidad» y «Hacheras». Forma parte del Poesía Pampa Fest y de la Asociación Pampeana de Escritores.
“Difícil desandar el rojo, aclarar su color (…)” dice la autora y construye un libro-telón por el que desfilan criaturas, distorsiones del yo poético cuya danza compila prosas breves e intensas. Estos seres sin ropaje son fragmentos de un cuerpo que emerge bestial, indomable, lleno de atajos, senderos y recovecos perdidos en la cotidianeidad [...]. Maité Lluch.